La historia ambiental del Sahel ("el borde" en árabe) está caracterizada por el avance del desierto ("Sahara" en árabe), en cuyo borde se ubica la Meseta de Tagant. Se trata, por lo tanto, de una región vulnerable en la que sobreviven especies en retroceso histórico.
Destacan los famosos cocodrilos del desierto (Crocodylus niloticus suchus), restos de la población que en otro tiempo llegaba hasta el Mediterráneo.
En la Meseta de Tagant quedan restos de sabana donde sobreviven plantas tan singulares como el baobab (Adansonia digitata), que aquí alcanzan el límite norte de su distribución africana. También sobreviven restos de las comunidades de grandes mamíferos típicas de África, pues en la zona quedan algunas gacelas (Gazella dorcas, Gazella rufifrons…), facoceros, (Phacochoerus africanus), primates (Papio papio, Erythrocebus patas…), hienas (Hyaena hyaena), chacales (Canis aureus, Canis adustus), etc.
Además, sus lagunas son un eslabón de la cadena de humedales sahélicos donde invernan multitud de especies de aves acuáticas de origen europeo (patos, cigüeñas, limícolas…). Entre Septiembre y Febrero, la presencia de estas aves acuáticas junto con muchas de las aves terrestres que visitan Europa en verano (collalbas, currucas, alcaudones, abejarucos, milanos, etc.) es un fenómeno tan ubicuo como espectacular.
El lago Gabou y el rosario de lagunas entre Marshla, N´Beika y Dekla (Tamourt Naaj) han sido declaradas Áreas Importantes para las Aves por Bird Life International. La cuenca hidrográfica de la Meseta de Tagant y el Lago Gabou han sido declaradas, también, zonas Ramsar.